En cuanto a las
vitaminas, la más abundante es la vitamina C (26,6 mg).
Un tomate de 100 g cubre el 45% de las necesidades diarias de esta vitamina para un adulto sano.
Un tomate de 100 g cubre el 45% de las necesidades diarias de esta vitamina para un adulto sano.
Además resulta muy
interesante el hecho de que el tomate sea un vegetal que puede
consumirse en crudo o en zumo, porque de esta manera su contenido en
vitamina C se mantiene prácticamente intacto y se aprovecha mejor.
En el caso del
zumo, es conveniente consumirlo inmediatamente después de haberlo
obtenido para evitar las pérdidas de esta vitamina.
También aporta
vitaminas de los grupos B y E, una aceptable cantidad de ácido
fólico y una pequeña cantidad de betacarotenos, precursores de la
vitamina A.
Entre los
minerales, destaca su contenido en potasio (250 mg), hierro (0,70
mg), magnesio (8,30 mg) y fósforo (27 mg).